lunes, 3 de enero de 2011

El mágico hechizo invernal de Cabañeros


El paisaje botánico del Parque Nacional de Cabañeros y su entorno se convierten en un mágico hechizo invernal cuando la abundante vegetación caducifolia transforma sus valles y sierras en un gran mosaico de colores.

Umbrías de sierras aparecen tapizadas de un bosque mixto compuesto por un extenso catálogo de árboles y arbustos que se mezclan entre sí, conformando un paisaje excepcional que cautiva a quien estos días vacacionales dedican su tiempo a disfrutar de los bosques.

En el amplio territorio por el que se extiende el Parque Nacional de Cabañeros y su entorno, las rañas adehesadas de centenarias encinas y quejigos se entremezclan con las formaciones de matorral medio que conforman jaras, brezos y romeros, y con los espectaculares sotobosques de robles melojos, sauces y fresnos ofreciendo un inventario de paisajes excepcional.

Lola González Mosquera, propietaria de uno de los establecimientos de referencia en el Parque Nacional de Cabañeros (la casa rural "El Boquerón del Estena"), ha explicado a Efe que esta amplia "amalgama de alfombras vegetales" motiva a muchos turistas pasear y recorrer los días invernales este territorio, atraídos por las "imágenes bucólicas que se encuentran a su paso".

Los árboles centenarios, ha añadido González Mosquera, salpican continuamente el paisaje, moldeado en muchos casos por el uso del suelo realizado a lo largo de los últimos 600 años y que ha conformado las formaciones vegetales de bosque mediterráneo en este territorio.

El uso del suelo, sometido a unas estrictas ordenanzas del dominio señorial consistente en el cultivo del cereal de secano en sus rañas, el aprovechamiento del corcho y carboneo, ha permitido conservar hasta hoy toda la riqueza natural y diversidad biológica que conforma el paisaje del Parque Nacional de Cabañeros y su entorno.

El gran valor botánico le lleva a albergar más de un millar de especies catalogadas de plantas vasculares, de las que 98 son árboles y arbustos. La vegetación que se alterna y cambia "es seductora", comenta González asegurando, con media sonrisa, que en algunos lugares "habitan duendes y hadas que se pierden entre la espesura de la vegetación".

En la comarca de Cabañeros los dos tipos de bosque dominantes son los encinares, que generalmente se encuentran en laderas abruptas y solanas, y el bosque de rebollares que ocupa umbrías, pedrizas y partes más elevadas del territorio.

Frecuente también es el matorral de sustitución compuesto por jaras que en zonas con mayor humedad cede paso al madroñal, pero la diversidad es tan amplia que también se disfruta de lugares donde el agua circula tan lento que forma las conocidas turberas o bonales.

Particular importancia en esta zona tienen las comunidades asociadas al agua: comunidades riparias de cárices muy bien conservadas, grandes brezales y galerías fluviales arbustivas y arbóreas, que manifiestan una elevada diversidad.

Pero el Parque Nacional de Cabañeros y su entorno incorporan otras muchas especies, algunas de hábito eurosiberiano que encuentran aquí un refugio ideal como es el caso del abedul, el sauce, el aliso, el tejo y el acebo. Los escarpados rocosos y las conocidas pedrizas también incluyen comunidades de plantas rupícolas de gran interés y especies de carácter atlántico.

Todo ello, concluye la propietaria de "El Boquerón del Estena", convierte la zona "en un señuelo turístico de primer nivel" que no pasa desapercibido para quienes optan por disfrutar del paisaje y de los bosques.


Obtenido de: dclm.es
Fuente: Aníbal de la Beldad (Efe)

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