lunes, 12 de diciembre de 2011

Cabañeros se queda sin el centro de cria de Lince Ibérico

En noviembre de 2007, el entonces presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, anunció que el Parque Nacional de Cabañeros contaría con un centro de cría en cautividad del lince ibérico. En esas fechas, el Plan de Recuperación del predador con mayor riesgo de extinción del planeta estaba dando unos resultados excelentes, al constatarse la presencia de catorce linces en la Comunidad. El pacto suscrito por Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y el Algarbe portugués ponía a la provincia ciudadrealeña en la primera línea de un proyecto avalado por Europa, sin embargo «hace unos meses» se decidió descartar sine die al 'Serengueti español' para la cría en cautivad de linces en un centro que debería haber abierto sus puertas a lo largo de 2010.

No en vano, se trata de una decisión que no supone agravio alguno para los intereses del Parque y su participación en el proyecto, ya que Cabañeros continía siendo una de las tres zonas prioritarias dentro de Castilla-La Mancha para la reintegración del lince, a través de un programa europeo Life, que inyectará en una nueva fase (hasta 2016) 32 millones de euros para el aumento y mejora de las actuales poblaciones y su reintroducción en los cuatro territorios históricos que ocupaba hasta hace casi treinta años: Castilla-La Mancha, Portugal, Extremadura y Andalucía.

El director-adjunto del Parque Nacional de Cabañeros, Ángel Gómez, informó a La Tribuna que la decisión de no levantar por ahora el centro de cría se tomó en la última etapa de Paula Fernández como consejera de Medio Ambiente, a raíz de la muerte en marzo del pasado año de tres linces en cautividad por Enfermedad Renal Crónica (ERC) en los centros de cría de El Acebuche (Doñana) y La Olivilla (Sierra Morena). «Hace tiempo que sabemos que en el parque no contaremos con esta infraestructura y la razón son los problemas surgidos por esta afección y el retraso por lo tanto en la liberación de felinos. La experiencia no salió como se esperaba y se decidió no construir este centro, pero eso no significa que vaya a cambiar algo en la llegada de ejemplares a Cabañeros», apuntó Gómez

En la temporada de 2010 sólo ocho de las 27 hembras seleccionadas llegaron a copular, debido a la ERC, que afecta solo a crías en cautividad (no a las que nacen en el medio natural) y que a principios del año pasado afectaba al riñón de la mayoría del medio centenar de linces repartidos por los centros de cría de los dos únicos territorios ocupados por el felino (Sierra Morena y Doñana), Jerez de la Frontera y Silves (Portugal). Una situación poco halagüeña para el centro ciudadrealeño.
El caso es que pese a que el Gobierno regional marcó 2010 como año para la puesta en marcha del proyecto, que costaría entre cuatro y seis millones de euros, el centro no se ha empezado a construir en el paraje elegido y conocido como Anchurones, manteniéndose únicamente los existentes más el de Zarza de Granadilla (Cáceres), que fue inaugurado a finales de marzo de este año. Espacios dedicados a la reproducción y cruce de ejemplares para la diversificación del genoma y su posterior suelta en los hábitat históricos del lince.

preparando su llegada. Los objetivos, por lo tanto, se centran ahora en lograr el cumplimiento de los requisitos que exige la Unión Europea a través del proyecto Life aprobado en agosto para reintroducir ejemplares en el Parque Nacional de Cabañeros, una de las tres zonas de Castilla-La Mancha que acogerá a los felinos procedentes de distintos centros de cría. «El miércoles tenemos una reunión en Toledo para que cada Comunidad exponga los puntos en los que tiene que trabajar», avanzó Ángel Gómez.

La UE deberá evaluar hasta 2016 a cada una de las regiones, para comprobar que cumplen las exigencias requeridas. «Una prueba del algodón», apuntó el director-adjunto de Cabañeros, que determinará que los felinos puedan regresar a los lugares históricos de cría de esta especie protegida. Y es que, «de momento no está garantizada su llegada».

El primer requisito y uno de los más importantes es que el Parque Nacional garantice una determinada densidad de conejos para la futura suelta del lince. En concreto, el paraje natural (con 40.000 hectáreas de terreno) deberá tener cuatro conejos por hectárea durante la primavera y dos durante los otoños. Para lograr este objetivo, en el que Cabañeros lleva trabajando unos dos años, se está creando un 'surtidor' de conejos con núcleos de alta densidad que ya están dando resultados. El ambicioso proyecto para que esta especie vuelva a ser una pieza de presa abundante en las rañas y montes para los linces lleva aparejado la creación de vivares y la preparación del terreno para que los conejos puedan criar en condiciones óptimas, para lo que se requieren medidas de gestión muy definidas y estudiadas.

Estos núcleos, comentó Gómez, ocupan cuatro hectáreas de terreno y en su interior hay una veintena de vivares con el fin de lograr una capacidad suficiente de conejo que permita que el predador se mantenga.

Por otro lado, desde Europa se exige un nivel elevado de protección del lince, mediante la ausencia de carreteras o vías cercanas al tránsito normal del felino, donde podría encontrar la muerte por atropello, y es que, según indicó Gómez, entre los tipos de muerte no natural del predador esta causa ocupa el 30%. «La protección es algo vital en los condicionantes impuestos, con el objetivo de lograr que se extiendan los felinos en las zonas elegidas para su suelta», precisó. 

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