lunes, 12 de diciembre de 2011

La raña persuade a cientos de ciervos durante el invieno

La raña del parque nacional de Cabañeros se convierte durante los meses invernales en un lugar incesante de trasiego para cientos de ejemplares de ciervos que, atraídos por la caída de las bellotas de las encinas, campean incesantemente en busca de este preciado manjar. 

Persuadidos por el fruto de la encina, hembras y machos de esta especie, considerada por muchos como la especie reina del bosque mediterráneo, conquistan los grandes pastizales que se distribuyen por esta antigua zona de laboreo, que es conocida como el ‘Serengueti español’, por recordar a primera vista a la sabana africana.

Los meses invernales se convierten de esta forma en uno de los mejores momentos para poder observar, de manera espontánea y sencilla, a estos majestuosos y grandes ejemplares de ungulados.
Así lo cuenta el director del parque, Manuel Carrasco, quien comenta que los meses de diciembre y enero son “un buen momento para escaparse al parque nacional y poder disfrutar de la fácil observación de estos animales”. 

Carrasco cuenta que la bellota actúa como “alimento sugestivo al que no renuncian ni las hembras ni los machos de esta especie, que ocupan la raña durante la mayor parte del día en la búsqueda incesante del fruto de la encina”.

Aunque los ciervos, debido a su dieta fitófaga, también se alimentan de hierbas, yemas y cortezas de árboles, frutos, musgos, hojas, castañas o moras, tienen especial predilección por la bellota en esta época del año.

Es por lo tanto, junto a la época de la berrea, “el mejor momento para poder descubrir y recrearse con la observación de estos animales”, subraya el director del parque, para quien una visita a Cabañeros “merece mucho la pena en esta época del año, puesto que no se conoce otro lugar donde se pueda ver tanta fauna silvestre en libertad”.

No sólo es atrayente ver de cerca a estos grandes animales, que pueden llegar a alcanzar los dos metros de longitud de la cabeza a la cola, sino, “percibir su porte señorial jalonado por su gran cornamenta, y advertir los elegantes movimientos con los que se desplaza de un lugar a otro”, comenta Carrasco.

En su opinión, “resulta más que recomendable Cabañeros tanto para aquellas personas que en estas fechas busquen un destino turístico de interior de varias semanas, como para lo que únicamente deseen pasar unos días”.  

Además, el parque nacional de Cabañeros en este momento del año ofrece la oportunidad a los visitantes de percibir la gran variedad cromática que tiene la vegetación en este espacio natural.  Carrasco apunta que los bosques de encinares,  alcornocales, quejigares, melojares, las formaciones de ribera, los matorrales de jarales y los brezales, los robledales, las fresnedas o las alisedas, “están llenos de matices de tonos y colores que convierten la estancia en el parque en un paseo inolvidable”.

Cabañeros cuenta con  amplia representación de vegetación de monte mediterráneo en buen estado de conservación, motivo por el cual, recuerda su director, “logró la consideración y catalogación como parque nacional”. Este este espacio  se ha convertido en un destino de naturaleza privilegiado.

Fuente: Lanza Digital
Anibal de la Beldad

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